En una Conferencia ofrecida en el “Foro de Cádiz”
el pasado 5 de febrero, publicada en Diario de Cádiz, el Presidente de la
Audiencia Provincial de Cádiz reclamaba un “pacto por la justicia”, planteando
que el futuro de la Justicia debe ser con menos pleitos, con más acuerdos entre
litigantes y con más jueces, afirmando que "No hacen falta más
funcionarios ni más Juzgados. Hacen falta más jueces". Puedes ver la
noticia publicada en Diario de Cádiz pinchando AQUÍ.
Ante estas manifestaciones, STAJ, por
medio de nuestro portavoz en Andalucía, Juan Antonio Luque, contestamos lo
siguiente:
Después de una lectura detallada de las
manifestaciones del Sr. Presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz,
vertidas en el Foro de Cádiz y publicadas en prensa y tras un proceso que ha
pasado del estupor a la indignación y de ahí a la firmeza y la necesidad de
contraponer a estas declaraciones la sensatez, serenidad y la clase que es
exigible en una intervención pública, como representante de los funcionarios y
portavoz del Sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia quiero
acotar algunas afirmaciones que entendemos erróneas.
Para ello partiré de una premisa parafraseando al
tristemente célebre semanario satírico Charlie Hebdo, “YO SOY FUNCIONARIO, ESTÁ
PERDONADO”. Está premisa es compartida sin duda por muchos compañeros de la
Justicia andaluza, que no pueden por menos que pensar que el Sr. Estrella ha
tenido una mala tarde.
Entrando en materia parece tardío reclamar como
novedoso ese gran pacto por la Justicia del que habla el Sr. Estrella, que
lleva siendo imprescindible 30 años, y debe empezar por la independencia
judicial, de la que no oímos hablar a este señor. Para ello debe, en primer
lugar, hablar del manoseo político sobre los cargos judiciales y los Altos
Tribunales. Como máxima expresión resalta la elección del Consejo General del
Poder Judicial, cuyos miembros son repartidos por los grupos políticos cual
cromos en un macabro juego de poder.
Para ser honesto hay que ser independiente y
algunos no lo son, hay que empezar barriendo su casa en primer lugar, sin
guardar los trapos sucios y mucho menos cargar miserias propias en casa ajena.
La gran reforma propuesta por este señor no pasa
por más funcionarios. Recuerdo que tanto él como yo somos funcionarios,
opositores, en distinta escala por supuesto. Sin embargo, aclarado este lapsus,
se refiere a que no son necesarios remeros que salven la embarcación a la
deriva que es la Justicia sino timoneles.
Nos propone que no son necesarios más Juzgados y
mucho menos que estén cerca del ciudadano. No es esto lo que se proponía en un
exhaustivo informe propuesto en la Memoria del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía de 2008 donde se imponía la necesidad de incrementar en 553 plazas la
plantilla de funcionarios (de los de remar, no timoneles), sin embargo en
sucesivas memorias posteriores, de 2010 en adelante, se cambia el rumbo
basándose en un estudio europeo, del que se desconoce las fuentes y ajeno a la
realidad de la justicia andaluza se opta por la solución de redistribuir
funcionarios de los Cuerpos Generales y crear plazas de funcionarios de alto
copete (timoneles=jueces). Estas derivas, curiosamente en plena crisis
económica y política, ahondan más en la sensación de sálvese quien pueda que
dan nuestros cargos jurídico-políticos.
En cuanto a la cercanía de la justicia a los
ciudadanos, nos habla de las buenas comunicaciones de que disponemos los
andaluces. Cierto es que han mejorado mucho en los últimos años, si bien también
parece cierto que la calidad de la Justicia debe ser un criterio aplicable y
deseable para con el ciudadano y la calidad pasa entre otros aspectos por la
cercanía y las instalaciones (nada dijo de las desastrosas condiciones que
tienen multitud de edificios judiciales, ¿quizás porque es la Junta de
Andalucía quien tiene competencias sobre ellos?). No parece que imponer tasas,
en muchos casos abusivas, y alejar la Justicia del ciudadano sea la mejor
opción en un país democrático.
Quizás lo más llamativo sea la petición de mando
en plaza sobre el resto de funcionarios, ¿de quién depende el personal?. Fácil
Sr. Estrella, Vd del Consejo General del Poder Judicial, como Juez, como cargo
no sabemos cuál será su dependencia. Los remeros, el resto de compañeros suyos,
funcionarios como Vd, dependemos en el ámbito de la dirección de nuestra
ordenación laboral a la Junta de Andalucía dentro de los Cuerpos Generales de
la Administración de justicia que son nacionales dado el carácter único del
Poder Judicial y los Cuerpos Generales a su servicio.
Resulta grosero recordar cuando los trabajadores
de los Juzgados llevaban el café a sus señorías a sus despachos, o cuando se
contrataban los trabajadores a dedo y ese dedo vestía toga. Y como resulta
grosero arrojar basura sobre compañeros funcionarios no lo haré, pero si le
recordaré la Constitución española que nos dice que los Jueces juzgarán y harán
ejecutar lo juzgado. Bonita labor sin duda, exenta de responsabilidad de
dirección sobre el personal del Juzgado.
En definitiva, jugar a minusvalorar al
funcionario es injusto y en un cargo judicial incluso indigno y mucho más si se
contrapone la dignidad y necesidad de aumentar el personal exclusivamente de su
propia “condición”. No juegue usted, señor, a desacreditar al funcionario.
Desde la sensatez, serenidad y la clase que es
exigible en una intervención pública le reitero “YO SOY FUNCIONARIO, ESTA
PERDONADO”.